La cooperativa “La locomotora” presentó en la biblioteca del colegio una obra de teatro en la que se destacó la capacidad para sobreponerse a los problemas y dificultades que nos podemos encontrar.
Esta pequeña representación está hecha por un joven, Toni Dos Santos Machado, que narra su vida de forma lúdica, creativa y sanadora para él mismo, y que mueve a quienes le ven, sean adultos o niños, a una reflexión sobre su propia vida, sobre lo que tienen y sobre la capacidad para sobreponerse a los problemas y dificultades con que se encuentran.
El protagonista, nacido en una familia muy desestructurada, se vio junto a sus dos hermanos abandonado por sus padres y teniendo que vivir en hogares infantiles (de los que su madre les sacó en alguna ocasión para volver luego a serle retirada la custodia y entregados a casas de acogida). Cuenta cómo fue su vida, claramente resiliente (*) y cómo consiguió crecer y seguir creyendo que la vida tiene sentido y que merece la pena, y lo hace apoyado en juegos malabares, con música e imágenes audiovisuales, pero sobre todo con su capacidad para transmitir sus vivencias, su alegría y su fe en que la vida puede ser transformada en algo positivo sea cual sea el origen del que se venga. Transmite valores como la capacidad de superación, la fe en la vida y la confianza en que es posible crear un mundo diferente.
(*) Hay muchas y variadas definiciones de la palabra “resiliencia”. En este caso hemos elegido la de Stefan Vanistendael que explica la resiliencia como la capacidad de una persona de hacer las cosas bien pese a las condiciones de vida adversas. “es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado”.
Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.