El 22M no fuimos a Madrid con las Marchas de la Dignidad.Creemos que la situación es límite y que por eso teníamos que ir a Madrid a hacernos ver y oir para intentar que nuestras voces que gritaron que ya no podemos más y que necesitamos cambios para poder tener una vida digna.
Fue un día largo, cansado y tenso, salimos a las cinco y media de la mañana y regresamos a las cuatro de la mañana del domingo, casi 24 horas seguidas que se vieron recompensadas al encontrarnos en Madrid con la columna asturiana y con el resto de gente que abarrotaban la capital.
¿Con qué nos quedamos? Nosotras nos llevamos de Madrid la alegría de la gente al verse junta diciendo las mismas cosas, la esperanza que llenaba las calles de Madrid, el ritmo de las batucadas que inundaba las almas de todas las que estábamos allí, el nerviosismo de saber que estábamos haciendo algo realmente grande y bonito, el recibimiento la columna asturiana en Moncloa cantando Santa Bárbara Bendita…
Y aprovechamos para agradecer a quienes no pudieron ir pero se volcaron en difundir lo que pasaba en Madrid y mostrar su apoyo en la distancia, en especial para nuestra compañera Candela que, aunque enferma, se pasó la jornada pendiente de nosotras. Se lo agradecemos muchísimo.