En Octubre nuestra compañera Alba viajó a Montenegro para conocer una nueva tecnología para el desarrollo comunitario llamada “Oasis Game”, que consiste en un proceso de 10 días que trata de que la gente que forma parte de una comunidad tome conciencia de su potencial para transformar la realidad en la que viven a través de la realización de un proyecto definido por ellas mismas y con el apoyo de un grupo de internacionales que fomentan el reconocimiento de las bellezas y los sueños del entorno y la búsqueda de potencialidades para realizarlos con el mínimo presupuesto posible.
En esta experiencia participaron una veintena de jóvenes de vario paises europeos, lo que también nos sirvió para conocer otras realidades y otro proyectos parecidos, experiencias hermanas con quienes compartir y de las que aprender.
Dinamizado por el Instituto Elos Netherland y con el soporte de ADP-Zid, valoramos este proyecto como muy positivo, tanto por lo aprendido como por lo vivido, por los conocimientos que nos trajimos como por todos los recuerdos y las personas bonitas que se quedaron allí.
El “Oasis Game” es un proceso que se desarrolla en 7 fases diferentes: la mirada para descubrir las bellezas que hay en la comunidad, el afecto para buscar qué habilidades se esconden detrás de esas bellezas, el sueño o el diseño del proyecto que la comunidad considera necesario desarrollar, la accion que es el convertir ese sueño en una realidad, el cuidado, la celebración y la reevolución, que consiste en, una vez que la comunidad ha descubierto lo que son capaces de hacer, busquen nuevos sueños que quieran desarrollar.
En este caso la gente de Stara Varos, el barrio en el que estuvimos, vieron que era una necesidad el tener un espacio para que aparquen los coches apartado de la gente para evitar atropellos y un lugar en el que lxs niñxs pudieran jugar y las personas mayores relacionarse, por lo que diseñaron un pequeño parque y un aparcamiento. Ese logro, ese sueño cumplido, debe ser la chispa que encienda las ganas de la gente de buscar nuevos retos y moverse para realizarlos de forma autónoma. Nosotras nos fuimos, pero con la ilusión de saber que algo bonito se ha creado y con la esperanza de que, una vez que ya no estamos, sigan pasando cosas en Stara Varos y algún día el Oasis se venga a Asturias.